La de hoy ha sido la charla más larga que hemos tenido con un escritor por videoconferencia. La temprana (matutina) hora de Guadalajara (Jalisco, México) en la que nos hemos dado cita no ha impedido que el escritor Antonio Ortuño compartiera con los lectores de nuestro Club de lectura cuarenta y cinco minutos de reflexiones sobre su particular manera de concebir el oficio de escritor. El autor, con gran generosidad, nos ha permitido conocer su particular manera de trabajar el cuento y el relato, nos ha acercado a la totalidad de su obra cuentística y narrativa y nos ha permitido conocer los autores que lo han influenciado y por los cuales tiene una especial predilección. Un elenco larguísimo de escritores que tienen a Borges y a Ibargüengoitia como maestros indiscutibles.Hemos hablado del mundo crudo de la realidad mexicana, su violencia, y cómo estas circunstancias pueden (o no) reflejarse en la producción de la narrativa joven del país. Antes de este intercambio de impresiones, nuestros lectores han coincidido en ponderar la destreza del estilo de Ortuño, los cambios de tono, el humor, la naturalidad de la aceptación de la perversión de "Un trago de aceite" o la aparente ligereza narrativa que entusiasma y envuelve al lector con la misma fuerza que la que dispensa el personaje del escritor Antonio Murray ante sus alumnos del taller de escritura creativa del cuento "La batalla de Hastings".
Muchas gracias a Antonio Ortuño por crear esta conexión lectora entre Guadalajara y Toulouse. Lo seguiremos leyendo. Léanlo ustedes también.
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