jueves, 19 de junio de 2014

Comentando Obabakoak, de Bernando Atxaga

Concluimos ayer nuestra temporada 2013-2014 de lecturas. Comentamos, como estaba previsto, una selección de relatos de Bernardo Atxaga publicados en su libro Obabakoak.
    A todos los participantes les agradó la original estructura del relato “Saldría a pasear todas las noches”, formado por dos “declaraciones” en primera persona. La primera es redactada por una maestra que relata sus noches de insomnio en espera de un tren que diariamente pasa a las cuatro menos veinticinco de la madrugada, conducido por un maquinista, con el que, se deduce, ha tenido la joven una relación sentimental durante cuarenta y cuatro días. La segunda declaración la hace una niña que cuenta los paseos que realizaba con su abuelo, su perro y su caballo Kent. La niña cuenta con ternura y sencillez los paseos por el campo en los que disfrutaban de la compañía de las plantas y los animales, como si de un recuerdo pastoril se tratara. El bucolismo del retrato se trunca al saber la niña, un día en el que volvía de presenciar la carga de caballos en un covoy ferroviario (salida organizada por la misma maestra de la primera parte del cuento), que el caballo Kent ha sido vendido y va a ser enviado al matadero en ese mismo tren con dirección a la ciudad de Hamburgo. A partir de ahí, las salidas con el abuelo dejarán de producirse por la falta de montura y la niña no volverá a ver la maestra que se marchará del pueblo en el mismo tren que el de los caballos.
    "Saldría a pasear todas las noches" es un relato doble lleno de ternura y melancolía, que rebosa humanidad hacia unos personajes vulnerables: la maestra abandonada, el abuelo anciano, la niña sensible y los animales, desamparados ante el destino arbitrario al que los somenten los humanos. La doble estructura confronta el mundo del adulto, reflexivo y justificatorio, con el de la infancia, espontáneo y sensible.
    El segundo grupo de relatos reúnen los textos 2 y 5 de las “Nueve palabras en honor del pueblo de Villamediana”. En ellos cambiamos de escenario. De un supuesto ambiente rural vasco (aunque, en realidad, se trata de un escenario universal y en ningún momento se hace referencia al País Vasco), pasamos a un pequeño pueblo palentino en el que el autor pasó ocho meses y del que recogió nueve estampas o historias reunidas en esta parte del libro. De esas “nueves palabras” hemos queridos comentar dos. La primera recoge la impresión hostil que le causó el pueblo, a su llegada en invierno, al narrador y constata la presencia de un grupo marginal, diferente al resto de sus habitantes. Ese grupo es el de los pastores, impregnado de un halo de inadaptación y diferencia que reune rasgos como la música, la ignorancia, la auto-marginación, la poliandria de algunas de sus mujeres, el carácter pendenciero y jugador o, en el peor de sus elementos, la tendencia al robo y a la violencia. El tema de los pastores permite evocar el tema de la intolerancia hacia lo diferente en ambientes cerrados, tan presente en todos los grupos sociales.
    La segunda palabra en honor al pueblo de Villamediana narra la conversación entre el narrador y dos jubilados complementarios: Julian, el más avisado y malicioso, y Benito, más simplón. El cuento nos permite tratar el tema de la sabiduría ancestral de nuestros mayores, su capacidad para ver (por el bagaje vivido) más allá de lo que ven nuestros ojos: las personas, las vivencias, los recuerdos, los sentimientos que se esconden más allá del paisaje, por bello y extenso que este sea. Ambas palabras, ambas historias acaban con un elemento de “realismo mágico” que el autor ha querido introducir en su resolución, incluyendo la figura de un “angel”, que puede parecer veraz o humorístico, según el espíritu con el que sea visto por el lector.
    Por último, leímos el texto “Para escribir un cuento en cinco minutos” que no es más que un divertimento literario que contrapone el tiempo narrativo al tiempo real y reflexiona, también con mucho humor, en la inversión de energías y en las circunstancia que deben acompañar al autor en el momento de acometer la redacción de una breve historia.
    Todas estas reflexiones estuvieron acompañadas por las opiniones y comentarios de nuestras lectoras. No queremos acabar este breve relato de nuestra sesión sin mencionar el paralelismo que hizo una de nuestras lectoras, de origen chileno, entre Atxaga y Neruda, por la decisión de ambos de presentar su obra literaria bajo un pseudónimo que, tanto en el caso del vasco como del chileno, silenciará su verdadero nombre.
    Recordamos a todos que tendremos el privilegio de asistir a un encuentro con Bernardo Atxaga el próximo viernes 27 en el Instituto Cervantes de Toulouse, con motivo de una sesión de lectura pública de un texto de su libro “Siete casas en Francia”, dentro del marco del festival literario “Le marathon des mots”.
    Hasta ese día y ¡buen verano a todos!

martes, 3 de junio de 2014

Cita con el mundo del cuento de Bernardo Atxaga

El próximo 18 de junio comentaremos tres cuentos recogidos en el libro Obabakoak, de Bernardo Atxaga, a quien tendremos el placer de escuchar personalmente en un encuentro que tendrá lugar el 27 de junio en el Instituto Cervantes de Toulouse durante la celebración del Marathon des mots, festival de lecturas literarias que todos los años tiene lugar en Toulouse.
Los textos que comentaremos serán  "Saldría a pasear todas las noches", "Nueve palabras en honor del pueblo de Villamediana" y "Para escribir un cuento en cinco minutos".

Un club para lectores en español

El Club de lectura es un espacio de encuentro de lectores, abierto a todos. Es una puesta en común de impresiones, opiniones, conocimientos y experiencias. Nos reuniremos una vez al mes y comentaremos un cuento, un relato o un artículo que habremos distribuido previamente.


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